lunes, 8 de agosto de 2011

La Presidenta, historia de una vida por Sandra Russo


Cuando me enteré que Russo había escrito este libro me dieron ganas de leerlo aunque me imaginaba que sería un relato...benévolo, digamos. Cuando lo vi en la librería surgieron mis dudas sobre si llevarlo o no. Por un lado consideraba que no me iba a aportar demasiado ya que iba a ser indudablemente "oficialista", por el otro me mataba la curiosidad. Así que lo agarré y junto a "El Factor Scarpetta" de Patricia Cornwell, divagué por la librería mientras en mi mente se libraba la batalla entre llevar uno o los dos. Que no queden dudas, el "uno", era el de Cornwell. Bien, al final me llevé ambos.
Como me imaginé el libro es absolutamente "oficialista" y liviano, no vamos a encontrar ningún conflicto, si estás esperando ver sangre y diatriba contra algo o alguien, olvídalo, es como un cuento de hadas, donde Cristina es la Cenicienta, por supuesto.
Russo nos hace un popurrí de la vida de la presidenta sin adentrarse demasiado en nada. Conocemos un poco a su madre y tía y la influencia que ambas tuvieron en determinados detalles de la personalidad de Cristina, así como la relación con el padre y la hermana. Y listo, a otra cosa mariposa.
La autora entrevista a varios personajes, entre ellos a dos monjas que fueron maestra y directora de CFK, que son muy divertidas y la verdad que la interacción entre ellas parece la de dos personajes secundarios de novela que hacen divertir al lector.
Nos enteramos cómo conoció a Néstor K y la relación que tenían o por lo menos, lo que quiere que nos enteremos, como bien dije, no existen conflictos en el libro. CFK y NK se conocen, se enamoran, se casan, se van de La Plata al sur, tienen un hijo y un tiempo después una hija. NK se convierte en intendente, gobernador y presidente y, al final, es CFK quien toma la posta. En el capítulo 17, llamado Néstor, nos enteramos algo de lo que fue la última noche con vida del ex presidente.
Y si quieren saberlo, sin dejar de ver los defectos, los silencios y de saber que es sólo una parte muuuuuy linda, limpia y edulcorada de la historia, el libro me encantó. Me cagué de risa al punto que If me miraba extrañada y me preguntaba si estaba leyendo chistes o de qué me reía tanto.
Creo que Sandra Russo tuvo la gran capacidad de hacer hablar a Cristina y que uno se olvidara que ella (Sandra), estaba en el medio, incluso cuando el relato pasaba a ser una entrevista. No era la autora quien estaba delante de la presidenta, era uno. Además captó de tal forma la personalidad de ambos (CFK y NK) que el lector pasa a ser la mosca en la pared que acompaña a Cristina y a Néstor en este recorrido. Era leer una frase y pensar, es Cristina tal cual, uno la escuchaba. Lo mismo pasaba cuando era Néstor quien tenía la palabra o incluso cuando otras personas hablaban de ellos.
Así que si te interesa, podés leerlo, siempre y cuando no pretendas un libro profundo o jugado. Me gustaría saber cómo escribe Sandra cuando deja de lado el estilo de novela romántica y se pone a hacer algo más comprometido y real.

2 comentarios:

talita dijo...

Así que si te interesa, podés leerlo, siempre y cuando no pretendas un libro profundo o jugado. Me gustaría saber cómo escribe Sandra cuando deja de lado el estilo de novela romántica y se pone a hacer algo más comprometido y real.

creo que no es una novela romántica. creo que es una expresión de otro tipo de compromiso que no deja de ser real. de ultima, la versión de fria y manipuladora, estratega y soberbia la podes leer en el diario. no creo que cristina sea ni lo uno ni lo otro, pero con los diarios ya tengo suficiente.
de ultima, podes leer el libro y al lado tenes clarín.
besos!

Erica dijo...

Cuando hablo de novela romántica me refiero a que todo es color de rosa y que no toca ningún tema comprometido, ni siquiera para hacerlo a favor de Cristina.
En cuanto a lo de fría y manipuladora, tampoco creo que sea como lo pintan los opositores, ni tampoco que sea una carmelita descalza. Es simplente un ser humano con defectos y virtudes.
El libro ya lo leí y, como dije, me encantó. Clarín no lo leo, me desagrada totalmente!


Beso!