martes, 16 de noviembre de 2010

Kalo

Cuando tenía unos 3 o 4 años tuve un perro al que le puse de nombre Gary Coleman. Sí, era fanática de la serie Blanco y Negro, así que le puse el nombre de su protagonista. Resulta que mi vieja siempre dijo: "A la primera meada o cagada del perro, chau". Gary estuvo el tiempo suficiente como para que me encariñara con él, pero cuando mi madre quedó embarazada de mi hermano encontró la excusa que necesitaba para dárselo a mi tía, porque ella no podía agacharse para limpiar...
Cada vez que iba a la casa de su nueva dueña, lo primero que hacía era preguntar por él e ir a verlo. Me daba una gran lástima descubrir lo descuidado que estaba...y fue un gran desconsuelo cuando un día la respuesta que recibí al preguntar por él fue: "Se escapó". Después de esa vez, tuvimos varios intentos de tener perro. Pero sólo nos duraban unos días, porque a la primer meada....chau. Así que tanto mi hermano como yo, nos acostumbramos a no encariñarnos. ¿Para qué, si iban a volver por donde vinieron?
Un día, hará unos diez años, mi vieja y yo llevábamos a mi hermanita a la escuela en bicicleta. Al pasar frente a una casa vemos a muchos cachorritos bastante muertos de hambre, mi madre hizo un comentario al respecto, pero lo cierto es que no le dí demasiada bola. Al día siguiente, me encontraba mirando tele tranquilamente cuando me golpean la puerta. "Porqué mierda no se lleva llave cuando sale, siempre lo mismo", pensé mientras iba a abrirle a mi vieja que volvía de llevar a D.
Nunca imaginé lo que vi al abrir la puerta.
Cual E. T., en el canasto de la bici de mi madre había un cachorrito que temblaba a más no poder, la miré a mi vieja totalmente azorada. "Qué hiciste?", susurré. Su respuesta fue: "Pasé por la casa de ayer y le pedí uno, me daba lástima lo muerto de hambre que estaban". Mi respuesta lógica fue: "Sí, y al primer meo se lo mandás con moño"....
El "tipo" fue vivo, jamás meó o cagó adentro. Sólo lo hizo una o dos veces años después y sólo porque estaba enfermo. A mi vieja se la compró de una. Con migo tardó más, no quería encariñarme. Para ponerle nombre hicimos una votación. Ganó mamá. Se llamó Kalo (con K), en honor a su pintora preferida, Frida Kalo.
El muy guacho nos ha hecho correrlo por todos lados y estaba lleno de cicatrices por pelearse con los perros de la cuadra. Afuera era feroz, salvo con los pájaros, que se tiraban en picada para picotearlo. En casa era un dulce. Aunque al único al que le hacía caso era a mi viejo. Mi madre, hermano, hermana o yo podríamos quedarnos sin voz de tanto gritarle que ni cinco de bola nos daba. Mi viejo con un sólo gesto conseguía su cometido. De ahí la broma familiar de "a vos el único que te hace caso es Kalo".
Hoy en el trabajo recibí el siguiente mensaje de texto de parte de mi madre: Se murió Kalo. Estoy muy mal, era mi compañerito, ¿qué voy a hacer ahora? Contuve las lágrimas hasta donde pude, al final tuve que encerrarme en el baño para llorar algo. Ahora mismo lloro en el ciber mientras escribo esto. Mierda que se hizo querer el guacho.
Te voy a extrañar mucho Kalo.