domingo, 19 de abril de 2009

Toda historia tiene un principio...

Alineación al centro

Lo primero que conociste de ella (Si) fueron sus comentarios en un blog de arqueología. Por sus conocimientos, tanto vos como tu amiga y dueña del blog (T), la creyeron arqueóloga. Pasaron tres jornadas desde que Si comenzó a escribir, en las cuales vos leíste sus comentarios y ella los tuyos, pero nunca cruzaron "palabras" entre sí. Hasta que en el tercer día, gracias al Dial up, Si cruzó la línea y te habló. Vos tomaste el guante y declaraste con rotundidad: "Me caés bien, sabélo". Ése fue el principio de la historia, pero ellas no lo sabían aún.
Parece que el 3 era EL número, porque pasados esa cantidad de días, T y vos se encontraban chateando y, a pesar de que era tarde, recibiste en tu mail un comentario que Si hizo en el blog. Respondiste en seguida y ella te imitó. "Che, Si está conectada, ¿querés que la invitemos?", le preguntaste a T. Mientras vos le enviaste un brevísimo mail incitandola a sumarse a la charla, T la agregó sin prolegómenos. A partir de ahí, no dejaron de hablar.
Al otro día, ella volvió a dar el primer paso. "Pese al 'ausente', le dejo un Hola", te dijo a través del Msn. Fueron once horas de charla en la que se contaron todo. La una supo de la otra cosas que nadie más sabía. Ellas, que jamás contaban nada personal, se dijeron todo. Esa semana nunca se fueron a dormir antes de las 5 de la mañana.
El segundo día de confidencias creyeron que serían unas amigas increíbles. Pero una o dos semanas después, otra línea fue cruzada. Si aún hoy afirma que fue tu culpa, vos declarás que ella te indujo. Pero ninguna dio marcha atrás. Enero se fue poniendo cada vez más intenso y cálido. Tus 'Te quiero' llevaban puesto el disfraz de la amistad, sus 'Te quiero' no dejaban lugar para la duda. Aunque vos mirabas para otro lado.
Si fue precavida, a veces pesimista con su visión de "futuro"; vos pusiste el optimismo, pero tirabas la pelota hacia adelante con tus "ya veremos". Ambas eran sincericidas, pero cuando había que hablar de sentimientos vos usabas metáforas y te hundías en tu propia confusión; ella era sintética y decía las cosas sin vueltas. Cuando se conocieran, sus dudas se verían aclaradas, decretaron (o decretaste). Mientras tanto, iban a disfrutar del camino hacia el Machu Pichu (sí, fue a vos a quién se le ocurrió ése ejemplo).
El día D llegó. Vos cargaste tu mochila, subiste al micro y te dispusiste a salvar los 300 kilómetros que te separaban de ella. Si se levantó temprano (a pesar de que la noche anterior se acostó tardísimo por chatear con vos) y se dispuso a preparar todo para recibirte. A la hora indicada, te fue a buscar a Retiro (aún hoy una dulce costumbre). Los parlantes anunciaron la llegada del micro procedente de Rosario. Se abrió la puerta y descendiste.


3 comentarios:

talita dijo...

uy su versión de la historia
la otra campana
¿y que hago con mi fama de celestina?
me alegro tanto pro uds dos, me alegro tanto de que ese espacio haya servio de punto de encuentro.
(espero que despues no me terminen odiando... je)
besos a las dos (talita romantica mode on)

Erica dijo...

Sip, mi versión, pero recuerde que usted me dijo en otra ventanita durante ese menàge "que ella le gustaba para mi".

Uy, no te imaginás lo que me alegro yo!
(que, no te odiábamos ya?)

Besos, Talita romántica

If... dijo...

Talita:
Su fama de celestina está a salvo (por ahora), pocos van a leer esto!

Y si algo sale mal, preparate para mudarte con blog y todo...
aunque, claro, por ahora te queremos, y mucho.