domingo, 9 de noviembre de 2008

Cálida y fría

Qué seductora es la nieve.
Basta ver un paisaje nevado para que instantáneamente te den ganas de estar ahí. Y no es por el
lugar en sí, es por ella.
En seguida percibís la esencia fresca de la madera mezclada con el olor a verde de los pinos, el
aire frío y límpido que te acaricia la cara...
Es fría, y sin embargo, da sensación de calidez, de abrigo.
Surgen imágenes o sensaciones de cuerpos arropados, una chimenea encendida, el crepitar del
fuego, el aroma a chocolate caliente.
Entretanto, los copos de nieve golpean las ventanas arrullando.

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