miércoles, 26 de noviembre de 2008

Observaciones de campo no científicas

Cuando ibas a la primaria te hicieron hacer varias veces el experimento de la germinación del poroto. Debías observarlo todos los días y anotar los cambios que se producían en él. La idea era que vieras el crecimiento de la planta.
¿Y con los seres humanos qué? Es imposible poner a un ser humano dentro de un frasco con papel secante para ver cómo crece. Pero vos recordás tres momentos puntuales que te indicaron precisamente el cambio. La primera vez fue con tu hermano, la segunda con tu hermana y la tercera con tu mamá.
Estaban sentados mirando algo en la tele, de repente, lo miraste y te sorprendiste. Ya no estabas mirando a un nene, ese extraño conocido sentado frente a vos era un hombre o por lo menos, estaba en vías de convertirse en uno.
El cambio te fascinó. Recordaste que en la escuela te reías de tus compañeros cuando les cambiaba las vos, pero nunca te diste cuenta del cambio físico. Con él sí. Te pasabas horas observándolo disimuladamente, examinando la transformación. El rostro de cachetes rosados había desaparecido dejando paso a uno anguloso, masculino.
Cada día descubrías algo nuevo. Las manos que hasta hace días atrás eran chiquitas y regordetas, ahora eran delgadas, largas, huesudas, las manos de un hombre. No podías evitar mirarlo con secreta fascinación. Las piernas gorditas y lampiñas dieron paso a unas largas, fuertes y peludas piernas masculinas. Nunca entendiste porqué tales cambios te cautivaron de esa forma.
Completamente distinto fue lo que experimentaste el día que notaste que tu hermanita ya no era una nena. Eso fue un shock. Estabas, otra vez, mirando televisión cuando tu madre y hermana te pidieron opinión sobre algo. Si no recordás mal, se estaba probando ropa interior y quería que dieras tu parecer.
Cuando te aprestás a dar tu opinión, notás aturdida que se alcanzan a ver unos bellos de mujer, no de nena, de-mu-jer. No puede ser. Alzás la vista y horrorizada te das cuenta que...¡¡tu hermanita tiene tetas!! Pero, ¿cuándo pasó esto? ¿Acaso no fue anoche cuando te pidió llorando que la dejes dormir con vos porque tenía miedo? ¿No fue ayer que lloraba si alguien que no fuera vos o tu madre intentaba alzarla?
Te da la impresión de haber estado en animación suspendida por unos cuantos años y al salir, te encontrás con una mujer que dice ser tu hermana. Una hermanita que poco a poco fue perdiendo los rasgos y el cuerpo de nena, sin que lo notaras. Volvés a pasar horas mirándola, pero en esta ocasión, lo que sentís se acerca más al dolor.
Hace unos años ibas en el auto con tus padres, estabas sentada detrás del asiento de copiloto en el que va tu madre. Como siempre, estabas mirando sin ver por la ventanilla, perdida en tu propio mundo, soñando despierta. De repente, centrás la vista en el espejo retrovisor y advertís que en él se refleja parte de la nariz, la mejilla y la boca de ella.
Un rayo se abrió paso por el cielo soleado y te dio en el medio de la frente. Descubrís unas finas líneas surcando su boca, también notás unas arruguitas y una cierta flacidez en la mejilla. Recibís un puñetazo en la boca del estómago al darte cuenta que tu mamá envejeció.
En ese preciso instante, tomás conciencia de su mortalidad, te das cuenta con angustia que se está haciendo grande, que no la vas a tener para siempre, y tenés que hacer un gran esfuerzo para no se te escapen unas cuantas lágrimas.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Cálida y fría

Qué seductora es la nieve.
Basta ver un paisaje nevado para que instantáneamente te den ganas de estar ahí. Y no es por el
lugar en sí, es por ella.
En seguida percibís la esencia fresca de la madera mezclada con el olor a verde de los pinos, el
aire frío y límpido que te acaricia la cara...
Es fría, y sin embargo, da sensación de calidez, de abrigo.
Surgen imágenes o sensaciones de cuerpos arropados, una chimenea encendida, el crepitar del
fuego, el aroma a chocolate caliente.
Entretanto, los copos de nieve golpean las ventanas arrullando.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Un paseo por...Rosario

Rosario no tiene fecha cierta de fundación, ni fundador. Esta frase se repite en cada escuela de la ciudad con un orgullo innegable. Los historiadores aún hoy discuten sobre el tema, cada uno tiene una fecha y fundador diferente.
Los orígenes de la ciudad se remontan a principios del siglo XVIII, cuando en el entonces denominado "Pago de los Arroyos" se asentaron pobladores provenientes de Santa Fe, buscando beneficiarse con la situación geográfica privilegiada del lugar.
La gente se habría agrupado por la necesidad de defenderse de los ataques de los indios, constituyendo un pequeño caserío que con el correr de los años, con el esfuerzo y trabajo de sus habitantes, se convirtió en una metrópoli pujante y cosmopolita. La urbe debe su nombre a la protección de la Virgen del Rosario, que permanece en la catedral, en el mismo lugar donde estaba la capilla en la cual surgió.
La ciudad es denominada "Cuna de la Bandera" porque fue en las barrancas del río Paraná donde Belgrano izó por primera vez la enseña patria. ¿Habrá marcado a fuego a los rosarinos este hecho histórico? ¿Será este temprano suceso el responsable de la estrecha relación que existe entre los ellos, su río y su bandera?
No son muchos los ciudadanos que aprovechan una fuente natural de la forma en que lo hacen los habitantes de Rosario, la gente usa como ninguna el río, que es un rosarino más. En verano, principalmente, el gramdioso río Paraná los incita a visitarlo, los llama y ellos, aceptan gustosos la invitación.

Así es que cargan en el bolso el mate y los bizcochos o las cervezas y los sándwiches para disfrutar del anfitrión. Se regocijan mirándolo, lo utilizan para practicar deportes, para refrescarse y para veranear, cuando hay que vacacionar en la ciudad.
Rosario es una metrópoli moderna que no perdió algunas entrañables costumbres de pueblo: durante la semana la actividad es incesante, pero los domingos es muy difícil encontrar negocios abiertos en la peatonal, además, conjuga edificios modernos, antiguos, espacios verdes y vida nocturna. ¿Se puede pedir más? Sí.
Cada 20 de junio se celebra "el día de la Bandera" con un desfile cívico-militar. Este suceso se convirtió en la cita obligada de cada ciudadano. Aunque también es cierto que viene mucha gente del resto del país y, estos últimos años, muchos extranjeros se han sumado.
Grandes y chicos; en pareja, solos o con amigos; todos, pero todos se levantan bien temprano para ir hacia el Monumento a ver el desfile.
Uno de los momentos más emotivos es cuando aparecen los ex-combatientes de Malvinas, quienes siempre te hacen piantar un lagrimón; también lo es el paso de "la bandera más larga del mundo", esa que está formada por trapos celestes y blancos que llegan de todo el país y que durante el desfile es llevada por el público.
Además, si uno está atento mientras camina sus calles en las calmas horas de la siesta, puede llegar a oír levemente a Libertad Lamarque cantando Madreselva, mientras el Negro Olmedo vestido de “manosanta” intenta sacar la mala onda de cuanta chica pasa por su lado y, "el negro" Fontanarrosa, caricaturiza la escena.
Ah, si escucha algún disparo no se asuste, es que por las calles de la “Chicago Argentina”, a veces se atisba a Chicho Grande y Chicho Chico, los mafiosos de la ciudad, todavía enfrentados para ver quien es “el capo di tutti capi”. Y si llega paseando a Pichincha, también es posible que perciba a chicas vestidas con plumas y escasa ropa brillante bailando música alegre…no se sorprenda, ¡también fue la ciudad de los burdeles!
Hoy ya no existen guerras independentistas, ni trifulcas mafiosas, pero sí hay una rivalidad al mejor estilo de Montescos y Capuletos entre Rosario Central y Newell's Old Boys, los clubes de fútbol de la ciudad. Pero no se preocupe, no siempre es peligroso...
Histórica, moderna, orgullosa.
Cultural, alegre, apasionada.
¡Qué ciudad!

domingo, 2 de noviembre de 2008

Desde afuera

11:30
Te levantás para ir al baño, mirás la hora y decidís dormir un rato más, después de todo es domingo. Pero no es cualquier domingo, es ese domingo que sólo se da dos veces al año. Al momento de despertarte, tu mente no lo registró, pero después no hubo forma de hacer a un lado esa información. Así y todo, no querés darte por vencida. Dormís boca abajo y sin almohada, te das vuelta hacia la izquierda; ahora hacia la derecha, te ponés de costado con almohada, boca arriba...no hay caso, no vas a poder volver a dormir.
12:30
El estómago te recuerda que forma parte de tu cuerpo, está nervioso, se retuerce, salta, esta tenso. Ya va siendo hora que te recluyas o que busques a los tuyos. Para estos días no hay nada mejor que uno de tu misma raza. Él sabe, siente lo mismo, y si no, te va a entender sin juzgarte, sin creer que estás mal. Es ahora cuando mirás de reojo a todos, ellos hacen lo mismo, están rastreando, detectando. Quieren saber quienes son sus semejantes, en estos momentos, el pertenecer es fundamental. Querés estar con los tuyos. O sola.
Se escuchan algunas bombas, pueden ser de tu bando o no. Esto sólo acrecienta las sensaciones, te da la impresión de inmediatez, de aceleración, todo a tu alrededor pasa en cámara rápida. Ahora se oyen bocinas que se acercan...ya están acá...se alejan. Van hacia allá.
13:30
La sensación de inquietud y nerviosismo poco a poco va ganando más partes de tu cuerpo. Ahora es el pecho el que se contrae, el que siente que le falta un poco de aire. Buscás distraerte, pero nada funciona. El cerebro se rebela, no acepta ordenes, insiste en centrarse sólo en eso. No podés escapar, te deja sin defensas.
El silencio se va apoderando de la ciudad, esporádicamente se puede ver un auto, que desesperado, intenta llegar a destino. Ya no hay gente en las calles, todo está desierto. La brisa mueve las hojas de los árboles, arrastra algún que otro papel en las veredas, los pájaros cantan, el sol hace que todo se vea más brillante.
14:10
Falta una hora. Las manos estan frías, te tiemblan un poco, sentís el palpitar agitado del corazón en la garganta, que está tan comprimida que casi duele. Te mirás el pecho, tenés la sensación de que vas a verlo moverse al ritmo de los latidos.
La mente se dispersa, los pensamientos explotan, el cerebro está confundido, excitado.
El silencio es atroz. La ciudad es un pueblo fantasma.
14:55
Te estás quedando sorda, los latidos alocados del corazón retumban en los oídos y te impiden escuchar algo más. El corazón está enloquecido, quiere salir del pecho, se agarra a las costillas y grita: "¡guaaaaarrrrdiaaaaaaa!". Juntás las manos, las acercás a la boca y les tirás aire para calentarlas. Tenés la garganta seca, necesitas agua, pero no sabés si serás capaz de tragarla, por ahí tendrías que probar con una Budweiser.
Se nubla, la naturaleza siente el nerviosismo. Vuelve a salir el sol, ¿será un mensaje para vos? Ya no te podés quedar quieta, la pierna comienza su repiqueteo nervioso, las pupilas están dilatadas, querés que el sufrimiento termine ya. Para bien o para mal.
15:00
Tendrías que haber ido. Aunque sea en tierras ajenas. Desde afuera es peor. Más si estás sola. El televisor está prendido, te muestra las imágenes sin sonido. No querés escuchar nada, la previa es lo peor, te pondría más nerviosa.
El aire se corta con cuchillo. Ya está todo listo, en unos minutos sabrás cómo estarás las próximos semanas: relajada, alegre, cariñosa. O triste, desafiante, orgullosa, con ganas de revancha. ¡Por favor!
15:10
Ya es la hora. Se terminó la especulación.
Empezó el clásico.